De todas las metodologías que implementan de alguna manera la filosofía Agile, es quizás Kanban la que más hace explícito el flujo de trabajo. Precisamente una de las herramientas del equipo para optimizar su desempeño, el WIP (Work In Progress) incide directamente en el flujo de trabajo.
Pero no es sólo el flujo de trabajo lo que debe controlarse y mejorarse, es el flujo de ideas, de conocimientos, de valores… Quien realmente comprende los principios Agile sabe que el “flujo” es el concepto del que nacen el resto de aspectos de la filosofía.
A la hora de establecer metodologías, procesos, indicadores, métricas… debe tenerse siempre en cuenta que es el “flujo” lo que se quiere mejorar. Hay mucha gente que tiene como parámetro importante la “velocidad” del equipo (número de “story points” que se completan por unidad de tiempo). Sin embargo, son mejores métricas el “Tiempo de Ciclo” (que mide el tiempo entre comenzar una tarea y terminarla) y el “Throughput” (que mide el volumen de trabajo que fluye en el sistema).
